Tengo el diagnóstico de VIH desde hace aproximadamente cuatro años. Mi historia se inicia con una coinfección de tuberculosis (TBC) y VIH. Al inicio fue muy duro a nivel físico, anímico y emocional afrontar las dos enfermedades, pero, gracias al apoyo de mi familia y de mis médicos, pude vencer la infección de TBC tras un año de tratamiento. Actualmente sigo con la terapia para el VIH y soy indetectable en mi carga viral.
En el proceso de resiliencia, tomé la decisión de crear el Grupo de Apoyo Positivo para Personas y Familiares de Personas VIH Positivas de Ecuador para compartir información sobre la enfermedad y los cuidados que requieren las personas que viven con VIH a través de redes sociales y por Whatsapp, donde brindamos soporte a más de 135 personas en todo el país. Lo que más se necesita es información.
Desde hace casi 30 años en este país no se habla de personas viviendo con VIH, se habla de sidosos, eso es algo que tiene que cambiar y debe empezar por nosotros. Tenemos que empoderarnos en nuestros derechos y exigirlos. Vivir con VIH no tiene que ser un estigma porque quienes vivimos con este virus somos como cualquier otra persona que trabaja y es parte importante de la sociedad.
Lo bueno es que contamos con el apoyo de los hospitales de la red de salud pública del Ecuador para seguir adelante con nuestra medicación y tratamiento antirretroviral. De este modo, muchos logramos ser indetectables en nuestra carga viral y nuestra calidad de vida no se ve afectada.